La noche de Reyes

Quedan unas horas para que la noche tape todo con su negro velo, para que la ilusión de los mas pequeños se apodere de sus sueños, para que los mayores regurgiten sus recuerdos, algo de ilusión siempre queda, el detalle y la sorpresa se hace realidad con algo ya previsto o imprevisto. Noche de ilusiones y esperanzas, noche mágica al fin y al cabo, pero esta noche para quien cobra una dimensión distinta es para un grupo de chavales que celebran su noche de Quintos, esa para ellos una noche esperada de hace tiempo. Sabido es por todos que antes eran los chicos que entraban en Quinta ese año los que celebraban esa fiesta, ahora son los chicos y chicas que cumplen los 18 años entrando en la mayoría de edad “oficial”, que manía de cambiarle el nombre a las cosas que ya lo tienen, en el pueblo los “Quintos” son los que se hacen “mayores de edad”... encima suena a viejos, a mi al menos. A las cosas hay que llamarlas por su nombre, que todas lo tienen, cuando se lo cambian es para colgarle una etiqueta hortera por rebuscada que no le corresponde, pero no me quiero desviar del tema con estas cosas, que tiempo tendré de reflexionar sobre ellas. Este grupo de chicos y chicas hacen una representación con un guión marcado por la tradición añeja, que ha variado poco con el paso del tiempo, la recogida de leña por la mañana en algún monte cercano, por la tarde a “pedir los reyes” por las casas del pueblo para culminar el día con la hoguera. Al día siguiente con los cuerpos y el atuendo trastocados de la larga jornada y mas larga noche, se hace la “ofrenda al niño” con una riestra de chorizos sobrantes ¿? de la noche anterior y algunos euros, todo esto amenizado por unos villancicos gastados de tanto usarlos, cada año suenan diferentes por el acompañamiento orquestal sin ensayo que mas parece la misa de carnaval. Así es como celebramos en nuestro pueblo el paso a la edad adulta, esa barrera que se cruza solo una vez, dejando atrás los años de infancia y adolescencia. En esa hoguera que se prenderá a una hora inexacta de un reloj inexistente, no solo se quema leña, ese fuego se lleva una etapa de tu vida delante de la comunidad como ritual de iniciación, esta cargado de simbolismo, el fuego purificador quema lo viejo dando paso a lo nuevo. Cada año alrededor de la hoguera se recuerda con añoranza ese día de hace ya ... ¿cuentos años?... y te parece que fue ayer, con un “cacho chorizo asao” y una botella de vino viendo ensimismado la llama que hipnotiza, el calor abrasador en la cara, el culo helao... y cuando tu mirada se cruza con la de alguno de tus Quintos, le levantas la cabeza (gesto típico) para decirle: ...¿te acuerdas?... Esa noche la peña "la viga atravesá" nos reunimos para seguir con una tradición que viene de hace ya muchos años, al estar en época invernal y la matanza ya hecha, confeccionamos un menú de lo mas típico aunque sencillo. Para quitar los frios, nada mejor que unos huevos fritos con farinato y chorizo frito, dos piezas salidas del corral que esa noche nos deleitan en el plato para despedir las fiestas navideñas. Mañana será lo que sea o el Almax pueda...

2 comentarios:

Unknown dijo...

¿Qué Calzud@, no recuerda la noche de quintos?
Yo no recuerdo el día que cumplí 18; seguro porque no cambió nada en mi vida, pese a lo que creía; sin embargo de la noche de Reyes...
Creo que se podrían contar tantas historias, como quintos han pedido los Reyes en Calzada.
¡Ah! Se me fue la "olla"; muy bien
escrito, si señor.


escrito

Atravesao dijo...

Razón llevas y gracias por el halago.