La "burricá en el melonar"



Una de las historias con mas solera es la protagonizada y contada por el "Tio Virgilio", este hombre dado su condición de exagerar los acontecimientos tiene varias que ya iré contando, pero creo que la mas escuchada es esta.
Contaba el buen hombre que una mañana ya avanzado el verano, no teniendo mucha tarea pendiente decidió acercarse al melonar del "Sierro" a por unos melones "cascara de roble" que eran los mejores del término, según él. Aparejó el burro, engancho el carro y se encaminó al melonar a paso tranquilo.
Saliendo ya del pueblo por la "Cruz de Santiago" comenzó a ver unos grandes bultos por las cercanías del melonar. Cuanto mas se acercaba mas pensaba que era en su tierra donde estaban esos grandes moles empezando a pensar de que se trataría, cavilando, cavilando y por las proporciones que él veía no le quedó la menor duda de lo que allí había era.....
!!! LA BURRICÁ EN EL MELONAR ¡¡¡
Aceleró el paso para poder llegar y sacar de allí a los burros, pensando ya en el atropello que le habrían preparado semejante manada de asnos, maldiciendo al burriquero por el despiste de dejar sola la manada por el campo sin miramiento ninguno.
Cerca ya del melonar se percató de que nada se movía, los bultos parecían estar en posición fija sin moverse, los pelajes eran todos del mismo tono amarillento, con la luz del sol que despuntaba entonces, comenzaron a brillar desconcertando al hombre, sin saber ya a que atenerse después del sofoco de su primera impresión.
Encima del carro con la vista puesta en el melonar cuando ya llega a una distancia cercana no creía lo que veían sus ojos, nunca pensó en lo que allí estaba pasando hasta no estar bien cerca para cerciorarse que los burros no eran burros si no el gran tamaño de......
!!! LAS CALABAZAS¡¡¡

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