La matanza

Ya llegó el puente de la constitución, fecha que es aprovechada por muchos para sacarle filo al cuchillo, preparar el tajón, la artesa, el chamuscador y demás utensilios de matancero. Parece como si nos pusiéramos de acuerdo todos, este puente en media España se debería de cambiar de nombre pasando a ser "el puente de la Matanza".

Vas por el pueblo viendo las puertas de los corrales recién barridas con rastro todavía de sangre y ennegrecidas del chamusco. El veterinario tiene el despacho lleno de bolsas cada una con su nombre y teléfono dentro por si alguno sale malo, cosa rara, pero es el trámite que viene de lejos para que la matanza se dé por buena, la aprobación del veterinario.
En la época de D. Gene era el único día que entrabas en su casa, a la derecha estaba el despacho donde tenía el microscopio para hacer las revisiones, hombre serio por naturaleza, el saludo era escueto y la pregunta de rigor: ¿cuantos habéis matado este año? le dabas las lenguas y te ponías en un rincón a esperar el veredicto como si de un juicio sumarísimo se tratara.
El proceso era lento, D. Gene sacaba unas tijeras pequeñas y cortaba unas tiras muy finas de la parte de debajo de la lengua que iba poniendo en una base de cristal, cuando estaban todas las tiras las tapaba con otro cristal y se ponía encima de las lentes para comenzar el proceso de exploración, esa parte del ritual era el mas importante y la mas imponente, el hombre respirando hondo por la inmensa nariz, rezando para que no te dejara sin oxigeno en la pequeña habitación, callado sin abrir la boca por miedo a decir algo y que saliera algún cerdo malo, por hablar...
D. Gene seguía moviendo los cristales arriba y abajo, despacio, muy despacio, vuelve para atrás, ¡ay madre mía que ha visto algo!... pero sigue adelante, ¡que alivio!... así hasta el final respirando fuerte, tu ya mas aliviado también respiras fuerte, no va ser él solo.
Llegado el final le dices: ¿Que le debo? pregunta retórica por que de sobra sabes lo que te va a pedir, si llevas toda la mañana oyendo en casa que si D. Gene este año cobra tanto por lengua, diez duros mas que el año pasado, por mirar una lengua ya está bien... Pagas con lo que llevas en el bolso, te han dado lo justo, ni sobran cinco duros para darte un homenaje en casa Frutos que te pilla de camino a casa, pensando lo que hizo tu abuelo, ese si que sabía administrar el dinero, se apuntaba rápido a inspeccionar las lenguas y si llevaba tres enseñaba dos, con lo que se ahorraba tenía para cafés 15 días. No era por el dinero, era por que lo llevaban los demonios darle el dinero al veterinario... o esa fue la escusa que puso cuando se descubrió el pastel.
Lo cierto es que el llevar las lenguas era una liberación, en lo que empezaban a abrir en canal ya estabas a la espera de que sacaran las lenguas para salir zumbando al veterinario, así te quitabas, de: Chico trae agua caliente... mira a ver una artesa que esta en el sobrao... trae un saco viejo de los que están en el caseto grande... y así toda la mañana, que parecía uno un recadero y no te habían dejado agarrar un cuchillo, bueno si, un rato, para quitarle el chamusco al cerdo, pero eso no es manejar el cuchillo, eso es una putada.
El día era largo, a media mañana se almorzaba un poco de hígado con sangre encebollado que era un manjar exquisito, se seguía con el despiece, descarnar y a picar las carnes, ahí si te dejaban un rato darle a la máquina, pero al poco ya estabas sin resuello, ala que se ponga otro... la maquina no paraba saliendo la carne echa chichas preparadas para adobarlas en las artesas y mas tarde amasarlas para que se mezclara bien el pimiento, las sal y demás condimentos. Ahora si te dejaban alguna artesa para ti, ala majo mueve las chichas que eso si puedes hacerlo... y te ponías mas contento que unas castañuelas, por fin había algo que te dejaba hacer.
Lo jodio era al día siguiente cuando se hacían los chorizos como hubiera una artesa que salían las carnes blancas sin color por no estar bien movidas, ya sabias quien tenía la culpa... y ala majo dale suave a la máquina que las tripas se rompen... también tendré yo la culpa de que se rompan las tripas no te ...
Al final quedabas harto de matanza, de que no te dejaran hacer nada y de tener la culpa de todo, pero bueno ya estabas pensando en la del año siguiente que ya te dejarán escarnar alguna paleta, ayer cuando te pusiste con una lo primero que vió el cuchillo fue tu dedo. Al final lo único que has hecho es pelar las cabezas y encima te echaron la bronca por que las jetas estaban cortadas, por tu culpa claro...

3 comentarios:

Tomás Castañeda dijo...

Como decía,,,,no sé quien lo decía,:
"Este año, pa darle en la cabeza a más de cuatro,,,éste año no mato"

Tente dijo...

LA MATANZA

Al llegar la época de las matanzas, las gentes de los pueblos matan sus cerdos, para hacer el acopio para el año, de productos propios del animal o derivados como chorizo, salchichón…

Un vecino, con escasos recursos económicos, no sabía como quitarse a la gente de encima, ya que esta, le preguntaba insistentemente: "¿cuándo matas?". Al principio, esta persona, pasaba del tema y desviaba la conversación, pero al ser preguntado en diferentes ocasiones y al ver que no podía eludir el tema, decidió contestar: " POR DARLE EN LA CABEZA A MAS DE CUATRO, ESTE AÑO NO MATO".

www.calzadadevaldunciel.com
Etnografia/cronicas/anecdotas por Felipe Andres Pedraz

Atravesao dijo...

Tomas, ya sabes a quien preguntarle, Felipe es un pozo de sabiduría local y seguro que te dice de quien se trata, además de contarte miles de dichos, anécdotas e historias. La risa no va a faltar, seguro.