Temporada de piscina

Ayer se abrió la piscina municipal al público para los muchos usuarios que pasan el verano en el pueblo y alrrededores, para poner en remojo sus caldeados cuerpos en ese oasis que tenemos al lado del pinar. Este año se estrenan reformas en el recinto, solo quedan unos remates mínimos para el cierre de la terraza del bar, para no pasar frío en las noches de verano. Que tiempos aquellos en los que los chapuzones veraniegos eran en el Cahorzo, en la charca Vadoñegas, los lavaderos o en cualquier charco que dispusiera de la medidas sanitarias pertinentes e indicaciones homologadas, que eso siempre lo mirábamos mucho. Algún día, en el mejor de los casos, una escapada al río de Valverdón invitaba a darte una alegría que se veía empañada por las historias oídas sobre lo traicionero de esas corrientes y los peligros de los remolinos, lo mas cojonudo era que la conversación camino del deseado baño en la bicicleta, era sobre esos temas, ahogados y desaparecidos en el río, el caso era no estar tranquilo... Que infancia la nuestra, cuando ibas al río (con autorizació de la máxima autoridad competente) las 3 horas de rigurosa digestión no te las quitaba nadie, en las charcas no te dejaban bañar por que salías lleno de picaduras de bichos, de lodo o con un cristal bien metido en el pie, que te lo sacaba D. Clemente con esa delicadeza suya que le caracterizaba. Además de los dolores para sacar el cristal de marras, los pescozones que te llevabas por "buen comportamiento" y el marcaje férreo durante una temporada pasando exámenes dermatológicos e interrogatorios exhaustivos para indicar al minuto donde habías estado y con quien, era el precio a pagar por una tarde de baño. La red de espinaje de las madres no necesitaba de las nuevas tecnologías para hacer seguimientos y averiguaciones, no eran necesarias ni cámaras ocultas, ni micrófonos, ni GPS, la red era tan fiable que se podía comparar hoy día con la CIA o el MOSSAD. Era imposible no ceder ante un interrogatorio con violencia, una conversación con la vecina, en casa de Quela con fulanita, para venir a sacar la información necesaria y que el peso de la ley cayera sobre tu cabeza sin dar opción a escuchar la defensa del acusado, que se presta a los reos con crímenes mas horribles en cualquier juicio. En estos caso no había lugar a defensa de ningún tipo, por que la información estaba contrastada por las mejores fuentes, además de aportar pruebas periciales de los hechos por boca de citanita que nos vio... Asunto acabado y pena aplicada en su grado máximo, con una clara advertencia que el que no la tuviera en cuenta estaba loco o le tenía poco aprecio a su escuálido cuerpo: "si ves que tal, ¡¡¡ mañana vuelves!!!" Así se forjó el carácter de la última generación sin piscina. Que pena que al Grillo no se le ocurriera hacer las piscinas hace 40 años...

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